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El Conflicto emocional y físico. El cuerpo como unidad: cómo los conflictos internos afectan la sanación.

Actualizado: 16 mar



Nuestro cuerpo es una unidad perfecta, un sistema en el que cada parte trabaja en armonía con las demás. Pero, ¿Qué ocurre cuando uno de estos engranajes emocionales o físicos está en conflicto? ¿Por qué algunos síntomas se vuelven crónicos incluso cuando sentimos que ya hemos trabajado en su raíz emocional?


    Mujer con conflicto emocional
Mujer con conflicto emocional

El cuerpo necesita colaboración para sanar un conflicto emocional y fisico


Cuando el conflicto emocional es experimentado nuestro cuerpo responde. Esa respuesta puede manifestarse en un órgano específico, como un mensaje simbólico de lo que necesitamos resolver. Si logramos atender este primer conflicto, el órgano afectado comienza su proceso de reparación.

Sin embargo, para que esta sanación sea efectiva, otras partes del cuerpo también necesitan estar en equilibrio. Por ejemplo:


  • Si el órgano que produce los materiales esenciales para la reparación (como enzimas, hormonas o nutrientes) está bajo estrés o conflicto, no podrá apoyar al proceso de curación del órgano afectado.

  • Esto puede provocar que el síntoma se mantenga, incluso si el conflicto original parece resuelto.



El origen de la cronicidad


La cronicidad de un síntoma surge cuando el cuerpo no encuentra la sincronización perfecta entre sus sistemas. Por ejemplo:


  • Una persona puede resolver un conflicto emocional y físico relacionado con la falta de apoyo (simbolizado por dolores en la espalda).

  • Pero si el sistema digestivo, que está encargado de proporcionar los nutrientes necesarios para la reparación muscular, está en conflicto debido al estrés por "no poder digerir una situación", la espalda no terminará de sanar.



Es decir, un segundo conflicto en el cuerpo puede bloquear la resolución completa del primero.

Cómo romper el círculo vicioso


  1. Escucha tu cuerpo como un todo: No te centres únicamente en el síntoma evidente. Pregúntate qué otras áreas de tu vida están en tensión.

  2. Identifica los conflictos secundarios: Si un síntoma persiste, revisa qué emociones o creencias podrían estar afectando otros órganos o sistemas que participan en la reparación.

  3. Trabaja de forma integral: La sanación no es lineal; cada área emocional y física del cuerpo necesita atención.

  4. Busca apoyo holístico: Terapias como la biodescodificación, la relajación o la alimentación consciente pueden ayudarte a desbloquear conflictos secundarios.


Tu cuerpo te habla. ¿Estás escuchando?




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El conflicto emocional y físico necesita de nuestro compromiso personal y el apoyo adecuado de profesionales de la Salud.


Hasta pronto, Andrea



 


Descargo de Responsabilidad

La información proporcionada en este artículo tiene fines informativos y educativos únicamente y no debe considerarse como un consejo médico profesional. Aunque hemos hecho todo lo posible para asegurar la precisión de la información, no garantizamos ni representamos que la información esté completa, actualizada o libre de errores.

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